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Todos, más que menos, hemos celebrado una cena elegante con nuestra familia o con los amigos, ya sea para compartir una agradable velada con ellos o para anunciar algo importante (¿quién se casa?). El menú es muy importante, pero si queremos destacar y hacer que el filete de ternera que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado preparar se alce como la revelación de la noche, debemos saber qué tipo de vino es el adecuado para conseguir tal propósito (porque servir agua o cerveza queda descartado, por supuesto).

¿Tinto o blanco?

Para empezar, debemos saber que no todos los platos maridan bien con todos los vinos. Si el menú consiste en guisos, carne al horno o tapitas de embutidos y quesos grasos, vuestro mejor aliado será un tinto. Para nuestro filete de ternera, por ejemplo, elegiríamos un vino a base de Cabernet Sauvignon. Los tintos elaborados con esta variedad de uva suelen ser un buen acierto, pues se trata de un vino clásico que todo el mundo ha probado alguna vez y resultan muy aromáticos. Otro acierto sería un vino elaborado a base de uva Syrah, aunque debemos tener en cuenta que su sabor es un poco más potente, aunque ligero al paladar.

Cuando el menú incorpore carne de aves, una selección acertada seria un Tempranillo, es decir, un tinto con aroma y que no tenga mucho cuerpo.

En cambio, si nos decantamos por platos de pasta, arroces, ensaladas o pescado blanco, escogeremos un vino blanco o rosado. El gusto dulzón y refrescante de estos vinos casa a la perfección con los sabores de estos tipos de plato. Para menús de este tipo, el Sauvignon Blanc es la elección más acertada. Si encima organizáis la cena en la terraza o en el jardín de vuestra casa durante una armoniosa noche de verano, el éxito está asegurado.

De compras

Ahora que ya sabemos qué tipo de vino va mejor con el menú de la noche, ya podemos ir a por él. La sección de vinos de la tienda ofrece una variedad tan amplia que si todavía no tienes claro cuál escoger, el proceso de búsqueda y captura puede llegar a marearnos un poco.

Normalmente, los vinos más comprados por los consumidores están al nivel de nuestros ojos. Muchos compradores no se detienen a mirar y escogen el más bonito. Pero no debemos juzgar un libro por su cubierta, ni un vino por su etiqueta. Seguro que hay etiquetas que, por el color o la letra, llamarán antes nuestra atención; aún así, debemos leerlas siempre antes de decidirnos a comprar cualquier botella. En la etiqueta encontramos gran parte de la información necesaria sobre el vino que nos ayudará a escogerlo, como las variedades de uva, la bodega e incluso los platos recomendados. Si veis una botella que tiene una puntuación de 90 para arriba y está a buen precio, llevárosla sin dudarlo.

Lo demás es cuestión de gustos y preferencias, así que dependerá de cada uno. Lo mejor es no tener reparos e ir probando un vino nuevo cada vez, manteniendo esa curiosidad que nos caracteriza intacta, y disfrutar.

Antes de acabar, un último cnsejo: el vino no es una bebida para quitar la sed, sino que debemos tomárnoslo como una parte importante más del menú y saborearlo para poder disfrutar de nuestra cena al máximo. Eso sí, siempre con moderación.

¡Salud!

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