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Dejar algo atrás siempre cuesta. En este caso, el verano. El verano, con su calor, sus playas, sus paseos por la noche y sus copas de vino fresco en la terraza de un restaurante. Hace una semana que terminó para dar paso al otoño, tiempo de hojas secas, vendimia y sí, también de vino.

Durante los meses de otoño aparecen una serie de alimentos típicos de la época, como setas, calabazas o carne de caza, y como buenos alimentos que son, existen unos cuantos vinos que se convierten en sus mejores amigos, pero también en los nuestros. Porque siempre es un buen momento para beber y disfrutar de una copita de vino, incluso cuando hace frío. Por ese motivo, hemos hecho una lista de 5 vinos que te recomendamos para este otoño.

1. Garnacha tinta. Es una de las uvas nobles más versátiles, pues dependiendo del proceso de elaboración al que la sometan, puede adoptar sabores más rústicos o, por el contrario, toques dulces. Además, es una de las uvas que ofrece un nivel de azúcar en alcohol natural más alto. Los vinos a base de uva Garnacha son ideales para maridar platos que lleven calabaza, como por ejemplo cremas o purés, así como estofados con frutas asadas o carne de caza.

Algunos de los tintos recomendados a base de Garnacha tinta son el Cérvoles o el tinto Les Terrasses.

2. Cariñena. Esta variedad, originaria de Aragón, se usa para elaborar vinos con caracter, y es también una de las uvas más cultivadas en el mundo. Tiene una gran cantidad de taninos y acidez, por lo que su capacidad de envejecimiento es muy alta. Los vinos a base de Cariñena maridan muy bien con frutas secas como orejones o pasas y, debido a su fuerte sabor, con carne de caza.

Algunos de los vinos recomendados elaborados a partir de esta uva son el Geol, de Tomàs Cusiné, o una opción más asequibles de la misma bodega, el Llebre. También destacan el Miserere, de Costers del Siurana, y el Orto, entre otros.

3. Syrah. Es una variedad de fácil cultivo y ciclo vegetativo largo para todo el tipo de clima y temperatura las vid que requiere mucho sol y temperaturas altas. Además, es resistente a la mayoría de las enfermedades más comunes de la vid. Ofrece sabores complejos, así que lo mejor es acompañarlo de carne roja o los llamados platos de cuchara, como legumbres o estofados.

El tinto Vallcorba de Raimat es un acierto dentro de este grupo. También destacan el Bru de Verdú o el Embruix, que además también se combina con las variedades Garnacha tinta y Cariñena.

4. Monastrell. En España es la segunda variedad más importante después del Tempranillo. En los años muy calurosos, es capaz de dar vinos con mucha graduación y con un alto nivel de tanino. Así mismo, la uva Monastrell es más que capaz de crear vinos de mesa con alto grado de finura, incluso mezclándola con las variedades Garnacha y Syrah. Este coupage se traduce en un vino complejo y con notas herbáceas tanto en nariz como en boca. Marida muy bien con el pollo o cualquier ave de caza.

El tinto Tu Rai o el 321 Finca del Cabirol de Mas Ramoneda son ejemplos de esta clase de vinos.

5. Albariño. Es una variedad de uva blanca española caracterizada por su aroma, pues recuerda al albaricoque. Los vinos a base de Albariño que se crían en barrica de madera adoptan complejidad con el tiempo, así que resultan perfectos para maridar con uno de los productos estrella del otoño, las setas, o con platos suaves a base de aves con salsa de frutos secos.

Algunos de los vinos blancos elaborados con Albariño son el Ekam de Castell d’Encús o el Siquella d ella bodega Clos Pons.

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