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Raimat es sinónimo de calidad. De la lucha por la conseguirla, pues sus inicios resultaron ser una prueba de fuego para la familia Raventós, que apostó por un terreno abandonado, desértico, en las “Terras de Ponent” leridanas con la esperanza de elaborar vinos que pudieran competir en calidad con los cavas que su bodega madre, Codorníu, produce desde hace más de cuatro siglos.

La familia Raventós se unió a los Codorníu el 1659 mediante el matrimonio del viticultor Miquel Raventós con la heredera de la masía de Can Codorníu. Fue su nieto, Manuel, gran visionario, quien se embarcó en la aventura de dar con las tierras que levantarían uno de los mayores imperios vinícolas españoles.

Un sueño hecho realidad

Así es como puede definirse la historia de la fundación de Raimat. En el año 1914, Manuel decidió comprar una enorme finca de más de 3000 hectáreas totalmente desértica. En la propiedad sólo había un castillo medio en ruinas de origen árabe y un basto terreno yermo, pero el empresario pensó que, si en Lleida se producía buena fruta, él también sería capaz de producir buen vino.

Raventós consiguió convertir su recién adquirida propiedad en un caso único de colonización agraria en la Europa del siglo XX. El milagro de Raimat es consecuencia de una faraónica obra de ingeniería hidráulica que consiguió convertir en regadío unas tierras secas, sometidas a un clima continental, que llevaban casi 300 años abandonadas y sufrían problemas de salinidad. Durante los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial, hizo construir kilómetros de acequias y un pantano para llevar el agua desde el recién inaugurado canal de Aragón y Cataluña a las tierras de Raimat. Al mismo tiempo, y con el objetivo de reducir la sal, plantó miles de árboles, en su mayoría chopos, con los cuales construiría más tarde las cajas para el vino espumoso que se elabora en Codorníu.

En 1918, se encargó al arquitecto Joan Rubió, discípulo de Gaudí, la construcción de la bodega, que se convirtió en el primer edificio de hormigón forjado de España. A lo largo de sus cien años de historia, Raimat ha sido pionera en otras muchas facetas, lo que le convierte en una de las bodegas más innovadoras de Europa, especialmente en técnicas de viticultura.

La joya de Costers del Segre

Las primeras variedades foráneas que se cultivan en la actualidad en nuestro país entraron por la puerta de Raimat, que fue pionero en adquirir tres de las variedades más apreciadas y cultivadas de Francia: el Merlot, el Chardonnay y el Cabernet Sauvignon. En el año 1960, se replantaron cepas californianas que permitieron conseguir un vino de calidad, el éxito del cual permitió constituir en el 1986 la Denominación de Origen de Costers del Segre, una de las D.O. más jóvenes y consolidadas de España.

Actualmente, y con una extensión de más de 2000 hectáreas, Raimat es el viñedo más grande de Europa en manos de un único propietario.

Del racimo al paladar

Las uvas cultivadas en Raimat sirven tanto para la elaboración de los espumosos de Codorníu como para los vinos que se producen en la misma bodega. En Raimat se extraen frutos de calidad que se manifiestan en los vinos que comercializan y que se agrupan en seis colecciones:

  • La línea Raimat Clamor, que incluye un tinto, un blanco y un rosado.
  • La colección Abadia, formada por dos tintos, un blanco y un rosado.
  • La colección Terra, que cuenta con un solo vino, un blanco ecológico a base de Chardonnay.
  • La colección Castell de Raimat, que es también la más grande, pues incluye cuatro tintos monovarietales (a base de Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Merlot y Syrah), y cuatro blancos también elaborados a partir de una sola variedad de uva (Chardonnay, Albariño, Xarel·lo y Chardonnay envejecido en barrica).
  • La colección Vallcorba, nombre bajo la cual se comercializa un solo tinto.
  • La colección de Cava, espumosos elaborados a partir de uva Chardonnay que recuerdan la afiliación de la bodega con Codorníu.
  • Y la colección Ánima, con la que Raimat pretende conmemorar el aniversario de su centenario mediante dos vinos de gran calidad, un tinto y un blanco, y que responde a la voluntad de la bodega de crear unos vinos exclusivos para el canal de la Hostelería Selecta y las Tiendas Especializadas.

Actualmente, sus vinos se exportan sobre todo a países escandinavos, aunque también en países asiáticos como China o Japón, donde la demanda de vino crece cada día más.

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