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El vino es una bebida que cada vez está más de moda. Quizá sea por lo elegantes que nos vemos cuando sostenemos una copa, o porque no es lo mismo comerse un pedazo de bistec de buey con un vaso de agua que acompañarlo con un buen vino tinto.

Si todavía crees que el vino es una bebida reservada exclusivamente para gente mayor, aquí te damos una serie de puntos que te harán cambiar de opinión. Se ha demostrado que el vino tinto posee efectos positivos para nuestra salud. Así que ya sabes, toca beber… ¡siempre con moderación, claro!

  1. Es un fantástico previsor de ataques cardíacos. El vino tinto posee una sustancia antioxidante, llamada Rasveratrol, que puede ayudar a prevenir ataques al corazón. Además, también estimula el crecimiento de los niveles de HDL, conocido como “colesterol bueno”, que evita la formación de coágulos sanguíneos y protege las arterias.
  2. Inhibe el desarrollo de tumores en ciertos tipos de cáncer. El Rasveratrol no sólo previene atauqes al corazón, sino que también inhibe el desarrollo de tumores. Estudios recientes han descubierto que los vinos que reúnen la mayor cantidad de flavonoides (antioxidantes), son el Cabernet Sauvignon, el petit Syrah y el Pinot Noir. Cuanto más fuertes, mejor.
  3. Reduce el riesgo de sufrir depresión. Pues sí. Investigadores de España han demostrado que un vaso de vino al día mantiene el riesgo de depresión lejos. Y, si tomamos una copita cada día de la semana, ese riesgo disminuye todavía más. ¡Ahoguemos las penas con moderación!
  4. Ayuda a conservar mejor nuestra memoria. Desde luego, no después de cuatro copas. Pero está demostrado que la función cerebral disminuye mucho más rápido en los no bebedores que en los consumidores moderados de vino.
  5. Mantiene nuestras encías sanas. Como hemos dicho, el vino tiene una serie de sustancias antioxidantes que vienen de perlas para nuestra salud. Entre ellas hay una, el polifenol, que podría prevenir y tratar la inflamación de las encías.
  6. ¡Nos alarga la vida! No, no nos hace inmortales, pero también cuida nuestra longevidad. Y es que los consumidores moderados tienen una tasa de mortalidad de un 34% menos que los que no beben. ¡Salud!
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