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Aunque parezca una tontería, es muy importante aprender a lavar bien una copa de vino, porque gran parte de la experiencia que vivamos al beber un vino dependerá del recipiente. A simple vista podría resultar fácil, pero si no tienes una serie de trucos o métodos adecuados aprendidos, puedes terminar con una copa igual o más sucia que la que tenías antes de meterla debajo del grifo.

Primer punto importante: lo mejor es lavar las copas a mano, aunque si se meten en el lavavajillas, debemos poner un programa corto y suave y sin detergente.

Segundo punto importante: las copas de vino están hechas de un material poroso que absorbe los olores con mucha facilidad. Por ese motivo, se recomienda lavarla con un jabón neutro o libre de fragancias. Además de este tipo de jabón, también debemos disponer de una esponja y agua caliente.

Para limpiar una copa correctamente debemos seguir unos sencillos pasos:

  1. Enjuagamos la copa con agua caliente, la llenamos un poco y metemos una gota de jabón antes de removerla.
  2. Cogemos la copa por el cáliz y, con la ayuda de la esponja y con mucho cuidado, limpiamos el interior haciéndola girar.
  3. Sosteniendo la parte superior con una mano, lavamos la parte externa de la copa, es decir, el cáliz, el tallo y la base.
  4. Enjuagamos el interior y el exterior de la copa con agua caliente.

Una vez limpias, podemos dejarlas escurrir boca arriba o utilizar un paño -de manera que cubrimos ambas manos para evitar dejar huellas-, y secar primero la base, el tallo, y, al llegar al cáliz, la inclinaremos un poco y la giraremos para ir secando tanto el interior como el exterior.

En cuanto a las copas que no son de cristal, como las de vidrio, pueden lavarse sin problema en el lavavajillas, pero después deberemos secarlas inmediatamente con un trapo que no genere pelusas para evitar que las gotas se sequen y dejen huella.

Si no puedes lavar las copas inmediatamente por el motivo que sea, llénalas de agua para que el vino que pueda quedar en el cáliz de la copa no se evapore y deje manchas. Si no has tenido tiempo de dejar las copas en remojo, siempre puedes llenarlas de agua tibia y añadir una gota de vinagre. Tras 10 minutos de reposo, las manchas se eliminarán con mayor facilidad y podrás seguir con la limpieza y el secado de la copa. Este método sirve también para eliminar las pequeñas huellas que hayan podido quedar una vez la copa se seca, mojando un paño con un poco de vinagre y pasándolo por el cristal con cuidado.

Como hemos podido ver, lavar la copa y que nos quede bien limpia y brillante es relativamente fácil. Puede que no nos moleste servir nuestro vino o cava favorito en una copa sucia cuando cenemos solos en casa, pero seguro que no pensamos los mismo cuando tenemos invitados a los que impresionar.

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